miércoles, 6 de enero de 2010

Un chiste



Tres almas suben al cielo y San Pedro, que está en la puerta, les dice:

- Si no es por no dejaros entrar, pero es que aquí no cabe ni un alma. Bueno, una sí.

Las 3 almas se miran entre sí, como extrañados, y dice una:

- Bueno, ¿y qué hacemos?

San Pedro les contesta:

- Yo lo que hago en estos casos, es que cada alma me cuente cómo ha muerto, y quien haya muerto de la forma más increíble entra.

Va la primera alma y le cuenta:

- Yo hacía tiempo que sospechaba que mi mujer me ponía los cuernos, así que un día decidí llegar antes del trabajo para pillarle "in fraganti". Incluso decidí subir los 25 pisos andando para que no me oyeran llegar. Cuál fue mi sorpresa que me encontré a mi mujer en pelota picada tumbada en la alfombra, y la muy perra me dice que estaba haciendo gimnasia desnuda. Me empiezo a cabrear y a buscar al hijo de puta que se la estaba tirando. En esto que oigo como alguien está rascando en la ventana y  me encuentro a un tío colgado en la cornisa. Entonces cogí un bate de béisbol y le empecé a dar de ostias hasta que se soltó y cayó, pero el cabronazo tuvo tanta suerte que cayó encima de un toldo y rebotó a unos arbustos y se salvó. Yo desesperado cogí la nevera y se la tiré, con tan mala suerte que se me enredó en el pie el cable y caí detrás de la nevera.

San Pedro flipado le hace salir y hace pasar a la siguiente alma:

- Yo era un limpiacristales, con un gran futuro por delante, y un día que estaba limpiando los cristales de un piso 26, se me rompe una cuerda del andamio y caí, pero conseguí cogerme a la cornisa del piso de abajo. Empiezo a dar golpecitos a la ventana para ver si alguien me podía ayudar. En esto que me sale un tío con los ojos rojos de ira y me empieza a dar de ostias con un bate y a insultarme, hasta que caí. Menos mal que había un toldo que me hizo rebotar a unos arbustos. Cuando abro los ojos me veo como una nevera cae sobre mí con el tío detrás.

San Pedro, ya descojonado, le dice a la siguiente alma que pasara y que ya podía ser cojonuda su muerte que lo tenía difícil para entrar.

El alma le dice:

- Pues que me estaba tirando a la mujer de un amigo, cuando aparece éste y no se me ocurre otro sitio para esconderme que la nevera... 

2 comentarios:

  1. Buenísimo. La verdad es que San Pedro lo tiene dificil para elegir a quien entra.

    Un saludo.

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  2. Jejeje, muy bueno, Imperter.
    Nos hace falta sonreír y reír, porque la cosa está fatal, y se agradecen tus toques de buen humor.
    Voy a poner enlace a este blog tuyo, en el Circo de Alma, como lo llama alguna señora por ahí.
    Un fuerte abrazo

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